martes, 5 de febrero de 2008

A POETAS Y ESCRITOES-EMMA ROSA

Damas y caballeros poetas, y escritores en general:Perdonen que no me presente todavía, lo haré al final del escrito.Confío en que a medida que vayan leyendo descubran mi identidad, perosi no es así, les pido por favor que no caigan en la tentación demirar mi firma, aunque… bueno, allá ustedes, el lector es el quesiempre decide lo que es mejor.Como el título bien indica, esta misiva es una carta de protesta,dirigida a poetas, escritores, críticos y a toda la comunidadliteraria en general.Ahora permítanme que les hable, si no en nombre de la razón, sí en elde la tradición de siglos, de los sentimientos, de la belleza y laarmonía. En el nombre de lo sublime y lo intangible, de los sueños yel amor, de la vida y los desengaños, y hasta de la eterna dama blancaa la que siempre he cantado de mil maneras distintas.Como le decía Don Juan a Don Luis Mejía en aquella memorable escena:"Yo a las cabañas bajé,Yo a los palacios subí,Yo los claustros escalé…"Yo que siempre fui considerada la reina y señora de las letras, que nohabía en el mundo poeta, juglar o trovador que no me buscara, que nome tuviera siempre presente entre sus líneas, que no me mimara como ala dueña de su corazón, que no sacrificara las más bellas palabras alantojo de mi caprichosa existencia. Y ahora me veo rechazada,perseguida, denostada, repudiada... "En nombre de la libertad" dicenustedes, los poetas modernos. ¡Ja! Conformismo, le llamaría yo, faltade interés o de profesionalidad.Acaso ¿hay alguien que haya cantado mejor a la libertad que Espronceda?"…Que es mi dios la libertad,mi ley la fuerza y el viento,mi única patria, la mar…"O al amor, como mi añorado Bécquer:"¿Qué es poesía?, dices mientras clavasen mi pupila tu pupila azul.¡Qué es poesía! ¿Y tu me lo preguntas?Poesía eres tú."A Dios y a la muerte, como Santa Teresa:"Vivo sin vivir en mí,y tan alta vida espero,que muero porque no muero…"Y ¡Qué decir de la poesía satírica de Quevedo o de Góngora!"Érase un hombre a una nariz pegado,érase una nariz superlativa,érase una nariz, sayón y escriba…"De Lope de Vega, Calderón, Zorrilla, Rubén Darío… Y tantos otros.Como ustedes apreciarán solamente cito algunos de los clásicos,evidentemente, hay muchísimos más, pero aquí no puedo nombrarlos atodos, auténticos profesionales en el arte de escribir poesía. Ytodos, absolutamente todos, me tuvieron siempre presente, no comoustedes, que se han dedicado a acosarme, hasta hacerme desaparecer porcompleto de sus obras.Personalmente, me parece muy bien que quieran evolucionar y que yo lesparezca una dama anticuada, pero de ahí a erradicarme como si fuerauna enfermedad peligrosa, lo encuentro un poco exagerado.No entiendo esa persecución continuada y ese afán por destruirmetotalmente, máxime cuando yo siempre he procurado darles momentosinolvidables de placer, arrancándoles suspiros, lágrimas o risas, eneste gran teatro de la vida.Sepan ustedes, damas y caballeros poetas y escritores, que en mi lechode muerte me siento tan triste como "la princesa de la cara de fresa"y que solo me queda despedirme de este mundo cruel, emulando a Segismundo:"¡Ay mísero de mí, y ay, infelice!Apurar, cielos, pretendo,ya que me tratáis asíqué delito cometícontra vosotros naciendo;aunque si nací, ya entiendoqué delito he cometido.Bastante causa ha tenidovuestra justicia y rigor;pues el delito mayordel hombre es haber nacido."
Firmado:YO, LA RIMA

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