lunes, 18 de febrero de 2008

MI COCINA ESCRIBE CARTAS-CATI-

Buenos Aires, 17 de febrero de 2008
Querida Ángeles:

Soy la cocina de Cati, a la que has tenido la deferencia de visitaren tu paso por nuestra amada Ciudad de Buenos Aires. Me dirijo avos, a pesar de que no es costumbre habitual en nosotras, lascocinas domésticas, dedicarnos al género epistolar; pero quierohacerlo para hacerte llegar mi regocijo por haberte albergado entremis paredes, aunque sólo haya sido por el brevísimo período de unahora.Debo confesarte que mis azulejos amarillos temblaban un poquitoantes de tu llegada, mientras Cati preparaba los bizcochitos y eldulce de leche para recibirte "a la criolla". Sólo yo sé cuántasmañanas ella viene a mí desde su computadora, y te tiene presente encada matecito, cuando sonríe con tus Lolas o llora contus "miniaturas". Sólo yo sé cuántas veces se ha preocupado por tussilencios o regocijado con tus alegrías, como el día en que teleyeron en la radio, por ejemplo, ¿recordás?Yo la contemplo, durante esos amaneceres, en respetuoso silencio ylo mismo hacen los muebles, la lámpara amarilla que me ilumina porla noche y la heladera, que entre nosotras, es la más vanidosa detodos los que me pueblan porque se jacta de su diseño moderno, quecontrasta con los cuarenta años que he vivido yo acompañando a Catiy su familia. Y…hablando de heladera…no sabés cuántas veces mi amala ha abierto, imaginando que era la puerta del avión que lallevaría a tu ciudad…ésa, con la que tanto sueña, como puerta parasu tan ansiada islita mediterránea. Y yo pienso: ¿por qué no, algúndía…?¿Caíste en la cuenta de que nos visitaste el Día de San Valentín,querida "galleguita"? Nada más lógico. De vos han quedado enamoradoshasta los repasadores y el mantel.Los primeros, que más de una vez enjugaron, desubicadamente, unainoportuna lágrima de nuestra dueña, se prendaron de tu blusa, yahora están haciéndole un piquete a Cati porque quieren que lospinten a lunares. Otro planteo semejante ha hecho el mantel acuadros verdiblancos, que ha presentado un manifiesto para obteneruna modernización, y estar a la altura de las visitas del ViejoContinente cuando regresen. Porque yo sé (todas las cocinashogareñas tenemos algo de brujas) que pronto regresarás a pasar másde una hora conversando por estos pagos del Barrio Cafferata y, conun poco de suerte, beberás agua de la Fuente de los Sapitos delParque Chacabuco.Soy "cotilla", como vos decís, pero quiero contarte que mi dueña hasido muy feliz al abrazarte, al decir greguerías sobre tu mirada yal recibir de vos lo que supiste brindarle sin tapujos: tu amistad ytu sencillo corazón.Aquí te esperaremos, Ángeles. El balcón de los tejados rojos y yo,tu segura servidora…

La Cocina de Cati

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