lunes, 11 de febrero de 2008

DE PALOMA A PALOMA-Cati-

Paloma: Mirta Colipava
Cúpula del Palacio Barolo -Buenos Aires-República Argentina

Querida Mirta:

Instalada en la Cibeles, aprovechando el viaje de nuestro primo Mercurio, que partirá en breve para América, te hago llegar a la dirección que me diste, algunas reflexiones que los hombres y su ingratitud me han inspirado.Ya me sé yo que a ti se te debe hacer la vida tan difícil como a mí porque para las ciudades y sus habitantes, nosotras, las palomas tenemos nuestros inconvenientes, aunque también algunas ventajas. Está el tema del albergue, ya que muchos nos tratan de sucias, malolientes y nos comparan con las ratas. ¿No nos han visto acaso bañándonos en cuanta fuente encontramos por ahí? Olvidan que nos vemos obligadas a buscar las techumbres y molduras porque son lo más parecido a los acantilados y rocas que nos vieron nacer hace miles de años. Ellos no limpian con la debida frecuencia sus fachadas y por eso se enojan con nosotras. No saben los que nos critican, que nuestro abolengo es infinitamente superior al de ellos, que descendemos en línea directa de los dinosaurios y tenemos una especial fortaleza y muchísimas habilidades. Digo yo ¿cuentan los humanos con esqueleto neumático? Con toda seguridad no tienen esa maravilla de huesos huecos llenos de aire que nos permiten volar con tanta elegancia. Ignoran también que nuestras parientas ornamentales se dividen en más de cien variedades y que nosotras, las silvestres, tenemos un poder maravilloso de adaptación al entorno. Mientras los hombres deben camuflarse en la selva, por ejemplo, empleando esos trajes de cocoliche verdinegros, a nosotras las plumas se nos cambian en pocas generaciones de acuerdo al color de las techumbres del lugar que nos albergue.Como ves, querida prima, es mucho lo que desconocen. Y además, todavía critican a las mujeres que nos alimentan. Enrealidad, no sería necesario que ellas se molestaran en hacerlo, porque a nosotras nos basta básicamente con comer insectos, lo que contribuye, sin duda, a la higiene de las ciudades que habitamos. Pero esas señoras, ya ancianas, a los que algunos miran casi como un despojo, experimentan satisfacción al compartir su pan con nosotras, tal vez, mientras aguardan la carta de un hijo, la visita de un nieto o mientras se entregan a la dulce memoria del esposo que ya ha partido de este mundo. Que no todas las mujeres viejas se han avejentado a des-sonrisas. Y muchas han disfrutado al infinito bellos atardeceres en Torrevieja o Mar del Plata. Sin duda, muchas de ellas han vivido su vida poniendo amor en el tendido de una camao en el lustre un espejo. Que con eso basta para justificar la vida. Entonces, en realidad, para no desairar su gesto afectuoso, nosotras comemos su pan sin despreciarlo. ¡Ay primita qué poco saben los hombres de nosotras…! ¡Caramba! ¡Casi olvido al impulso de mis reflexiones el otro motivode esta carta: enviarte mi invitación para la verbena del 15 deagosto. Sin duda, algo más que los hombres nos deben, ya que hasta una advocación virginal nos pertenece. Y la Villa del Oso y el Madroño se engalana en su honor en ese día. Ahora te digo que debo finalizar estas reflexiones, ya que Mercurio está por partir y debe llevarte mi mensaje. Tengo mis dudas con respecto a la hazaña que se propone, ya que puede volar sólo seiscientas millas en un día, pero ciertamente nuestro primo se apañará para concretar la hazaña. ¡Que la Virgen de la Paloma lo proteja! Ya me encargaré yo de que le dediquen en su honor una zarzuela.
Te abraza Carmen, la madrileña
Rte: Paloma Carmen Jerezana
Torre Cibeles
Madrid -España-

No hay comentarios: